No dejaba de decirle que no era necesario festejarlo tanto, no dejaba de repetir que se trataba de un día cualquiera, pero en realidad ella sabía que no tenía razón y que le hacía tanta ilusión como a él.
-¿Te acuerdas?- le susurró al oído mientras sostenía su mano, -Sí que me acuerdo, han pasado 50 años pero todavía me acuerdo.- Ella levantó la vista y por un momento volvió al pasado. Pudo comprobar que durante todo ese periodo de tiempo aquel día fue el verdadero principio, se acordó de esos buenos momentos que pasaron juntos y casi sin quererlo se le escapó una sonrisilla, seguida de una lágrima que bajó lentamente por su mejilla y que él la secó con su mano y un beso.
-50 años...- decía el, -¿que crees que hubiera pasado si aquel día no te hubiera besado?Probablemente no seguiría aquí, sujetándote la mano y recordando aquel día soleado de verano. Como si no hubiera pasado el tiempo...-
-Si...- le interrumpió ella con un suspiro -Eramos jóvenes, ¡y muy guapos!- Aquel día el sentía que todo era diferente, cuando se miraban solo podian recordar cómo eran entonces, jóvenes y libres...
-¿Hemos aprovechado la vida?- preguntó ella, pero ninguno respondió y con una simple mirada a los ojos ya le había contestado.
Pasaron 2 horas y todavía seguían recordando aventuras de hace años, pero a él le resultaba extraño creía haberlo vivido hace unos días. No recordaba verla tan feliz en mucho tiempo entonces le preguntó: -¿Recuerdas nuestro primer beso?- ella asintió y sin decir ninguna palabra se besaron como si fuese la primera vez, pero de repente algo paso por su cabeza y al abrir los ojos ella ya no estaba...Gritó su nombre por el parque pero allí nadie le respondía, no había nadie, estaba solo...
Entonces se dió cuenta de que no era una calurosa mañana de agosto, era invierno y llovía...se preguntó si lo había soñado, si nada había sido real...Por mucho que lo intentara no podía recordar, le resultaba imposible, se encontraba solo y la única persona que podía ayudarle a recordar parecía estar a millones de kilometros. En ese momento vió su cara reflejada en un charco y entonces comprendió, se encontraba solo y nadie podía ayudarle. Durante unos minutos creyó verla en un banco, sentada, esperando... pero pronto se acordó, ella no volvería...nunca.
Y esa pregunta que le desvelaba todas las noches retumbaba mas fuerte que nunca en su cabeza...¿tanto la quería? Y por mucho que lo intentara negar, su respuesta siempre era afirmativa...
Que buena amigo mio, siempre encontraremos otras con las que pasar otros 50 años..
ResponderEliminarComo bien me dijo nacho hace unos meses: Bienvenido al mundillo definitivo!